Adiós Poesía

El momento ha llegado La noche brilla como un día soleado El día es oscuro como si estuviera nublado Llora el cielo, el humano llora mirando el cielo Amiga ven, quiero que me escuches Ven amiga, escúchame que me muero ¿Qué paso, con el poeta? Aquel que escribía hasta la madrugada Puño y letra, pluma y tina El hombre ha cambiado La rosa con la cual andaba Se marchitó Pues su corazón se quebró Sigue buscando la razón En aquella prisión Con las manos encadenas pidiendo perdón A un Dios, el cual no vio Amiga, eres la única que me pude enseñar La vida fuera de lo terrenal Ver más allá de lo evidente El vidente y su oráculo La guitarra y el compositor Pregunte sobre la vida ante el péndulo Supe sobre la muerte frente aquel cajón Amiga ven, quiero que me veas Ven amiga, mira la tinta Se escurre sobre el árbol gigante Donde el niño ríe, espero que lo veas Calma y paciencia, pide la vida Fuerza y cobardía, me describiría Temor y duda, la muerte lo decía Soñar y despertar, la ironía de mi vida Amiga ven, que ya me alejé De la gente que habla sin invitación Alejado del barullo, sentado frente… Frente la habitación, en la esquina de la mansión Amiga ven, que el poeta murió.

Caminando en círculos en la habitación Pensando si es verdad lo que dice tu corazón O es tan simple como la lluvia de invierno O tan impredecible como la nieve en verano Quiero pensar que la rosa sigue viva Marchita estará si no la piensas regar Aún creo en la vida Aún temo a la vida Hace mucho que no veo la luna Encerrado desde una madrugada Solo una carta y una pluma Sera mi az bajo la manga El azar es tan preciado Como Notre Drame y su jorobado A pesar de ser diferente Termino siendo amado por la gente El destino es el río caudaloso Trayendo consigo mi vida Vida mía, el tiempo es cauteloso Trayendo consigo mi vigilia Mi juicio se perdió en el tiempo Mi cordura se quedó con tu lamento Y la locura, lo siento, no la entiendo Aún espero aquella estrella fugaz El vacío de la cama se enfría Porque yo ya no duermo, por pensar Aún creo en poder ver aquella estrella fugaz Alejado de todo y de todos Cuatro paredes convertidas en un paisaje El bosque y sus árboles con ese oleaje No es la fluyente del río Pero nado contracorriente El barullo ya no se escucha El silencio esta grita Paciencia caminando desesperada Pues el sordo empezó a bailar Y el mudo a cantar El ateo se arrodillo a rezar El cielo empezó a llorar La tinta acaba de quemar Aquella hoja perdida Aún espero esa estrella fugaz Solo perdido en la multitud Alejado del barullo Espero escuches una vez más ¿Vida mía, donde estás?

Sentado en la habitación, una vez más Fumando por primera vez Para calmar al alma perdida Que perdió su tranvía Se le escapo el tren a la vida Por estar pensando si es que la vivía De tanto atormentándose, quedó varado En la habitación oscura, que pertenecía a un niño Al niño y su árbol Recuerdo aquella tarde de primavera Era la primera que mis ojos veían Caminaba sin saber a dónde iba Pensaba que me perdería Pero me habló Un mosquetero se hizo llamar Más parecía un prófugo Pues corría de algo llamado "emoción" No entendía que quería Desesperado me pidió seguirlo Confundido pues sus pasos desaparecían Avancé atrás de él, sin saber a dónde me dirigía Una puerta observé, con un árbol gigante Una ventana rota y de fondo un paisaje De un momento a otro perdí la noción El mosquetero sentado en la habitación Y lo veía llorando sobre un cajón Sangre era lo que votaba Como si llorará a alguien con dolor Pues furia era lo que sentía No sé cómo, pero yo también lo percibía El mosquetero se tumbó en el suelo Ni sangre, ni lagrimas Eran solo palabras Lo que salían de su alma quebrantada El cuerpo solo hablaba, mientras que ella contaba Escuché como ellos tenían una charla El cuerpo del hombre y el alma de su amiga No entendía a quien se refería Hasta escuchar "muerte, amiga mía" Asombrado más que asustado Me asomé al balcón para ver cómo se iba El mosquetero dormido estaba Aproveche para revisar sus cartas Tenía un par y unos manuscritos Sobre un escritorio al lado del cajón Carta a la vida, carta perdida Y un verso, que lo definiría como de papel Las horas pasaron, él se despertó Me miró confundido Y exclamó: ¡Ya lo entendí todo! Cerró un cuaderno y empezó a quemarlo Se quitó la máscara Y era idéntico a mi reflejo No sabía lo que pasaba Asustado terminé saltando por la ventana El mosquetero me volvió a encontrar Una plática más, antes de volver al rincón Fue lo que me dijo mientras que alrededor Oficiales del corazón se lo llevaban Y a su vez me decían misión completada Fue cuando entendí lo que pasaba La lucha interminable entre el corazón y la razón Yo fui quien inicio todo El mosquetero y su pensamiento desafiante Y ahora yo que tiene los sentimientos por delante En la lúgubre cárcel Se encontraba satisfecho con su cometido Sus palabras fueron "disfruta que yo te cuidaré Si es que sales herido, volveré Para dejarte encerrado un tiempo más" Sonreí y le dije Tranquilo mosquetero Podré yo solo, descansa amigo mío Volví a la puerta con el árbol gigante Y empecé a ordenar lo que podía Termine sentándome en la misma habitación Escribiendo una nueva invitación Para la amiga del mosquetero Y quizás me haga recordar más de lo que ya sabía Prendí un cigarro, por primera vez Eso es lo que yo creía Hasta que observe el cenicero Lleno de colillas y de agua Será que lloraba el mosquetero O era ilusión mía al igual que el tintero Acabé debajo del árbol Descansé un poco Hasta que tocaron la puerta La invitada ya había llegado.